97Cf. Centesimus annus, 24: AAS 83 (1991) 821-822. Estas organizaciones se caracterizan por el valeroso intento de conjugar armónicamente eficiencia productiva y solidaridad. 6 pies 3 pulgadas, se consideran muy altos. 64 La Iglesia, con su doctrina social, no sólo no se aleja de la propia misión, sino que es estrictamente fiel a ella. Ninguna religión puede tolerar el terrorismo ni, menos aún, predicarlo.1087 Las religiones están más bien comprometidas en colaborar para eliminar las causas del terrorismo y promover la amistad entre los pueblos.1088, 516 La promoción de la paz en el mundo es parte integrante de la misión con la que la Iglesia prosigue la obra redentora de Cristo sobre la tierra. 313Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, 2: AAS 90 (1998) 149. b) Fecundar y fermentar la sociedad con el Evangelio, 62 Con su enseñanza social, la Iglesia quiere anunciar y actualizar el Evangelio en la compleja red de las relaciones sociales. Puesto que las decisiones empresariales producen, en razón de la complejidad creciente de la actividad empresarial, múltiples efectos conjuntos de gran relevancia no sólo económica, sino también social, el ejercicio de las responsabilidades empresariales y directivas exige, además de un esfuerzo continuo de actualización específica, una constante reflexión sobre los valores morales que deben guiar las opciones personales de quien está investido de tales funciones. Juan XXIII, Carta enc. 8, 348-406). 128 Mediante su corporeidad, el hombre unifica en sí mismo los elementos del mundo material, « el cual alcanza por medio del hombre su más alta cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador ».240 Esta dimensión le permite al hombre su inserción en el mundo material, lugar de su realización y de su libertad, no como en una prisión o en un exilio. Laborem exercens, 14: AAS 73 (1981) 612-616; Id., Carta enc. El amor gratuito de Dios por la humanidad se revela, ante todo, como amor fontal del Padre, de quien todo proviene; como comunicación gratuita que el Hijo hace de este amor, volviéndose a entregar al Padre y entregándose a los hombres; como fecundidad siempre nueva del amor divino que el Espíritu Santo infunde en el corazón de los hombres (cf. 287 El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: 619 un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana. a) El fundamento de la autoridad política, 393 La Iglesia se ha confrontado con diversas concepciones de la autoridad, teniendo siempre cuidado de defender y proponer un modelo fundado en la naturaleza social de las personas: « En efecto, como Dios ha creado a los hombres sociales por naturaleza y ninguna sociedad puede conservarse sin un jefe supremo que mueva a todos y a cada uno con un mismo impulso eficaz, encaminado al bien común, resulta necesaria en toda sociedad humana una autoridad que la dirija; una autoridad que, como la misma sociedad, surge y deriva de la naturaleza, y, por tanto, del mismo Dios, que es su autor ».799 La autoridad política es por tanto necesaria,800 en razón de las tareas que se le asignan y debe ser un componente positivo e insustituible de la convivencia civil.801, 394 La autoridad política debe garantizar la vida ordenada y recta de la comunidad, sin suplantar la libre actividad de los personas y de los grupos, sino disciplinándola y orientándola hacia la realización del bien común, respetando y tutelando la independencia de los sujetos individuales y sociales. Catecismo de la Iglesia Católica, 2237; Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2000, 6: AAS 92 (2000) 362; Id., Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas (5 de octubre de 1995), 3, Tipografía Vaticana, p. 7. Apostolicam actuositatem, 8: ASS 58 (1966) 845; cf. Es indispensable que, dentro de la empresa, la legítima búsqueda del beneficio se armonice con la irrenunciable tutela de la dignidad de las personas que a título diverso trabajan en la misma. La misma lógica intrínseca al proceso productivo demuestra la necesidad de su recíproca compenetración y la urgencia de dar vida a sistemas económicos en los que la antinomia entre trabajo y capital sea superada.595 En tiempos en los que, dentro de un sistema económico menos complejo, el « capital » y el « trabajo asalariado » identificaban con una cierta precisión no sólo dos factores productivos, sino también y sobre todo, dos clases sociales concretas, la Iglesia afirmaba que ambos eran en sí mismos legítimos.596 « Ni el capital puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital ».597 Se trata de una verdad que vale también para el presente, porque « es absolutamente falso atribuir únicamente al capital o únicamente al trabajo lo que es resultado de la efectividad unida de los dos, y totalmente injusto que uno de ellos, negada la eficacia del otro, trate de arrogarse para sí todo lo que hay en el efecto ».598. « El principio que hoy llamamos de solidaridad... León XIII lo enuncia varias veces con el nombre de “amistad”, que encontramos ya en la filosofía griega, por Pío XI es designado con la expresión no menos significativa de “caridad social”, mientras que Pablo VI, ampliando el concepto, de conformidad con las actuales y múltiples dimensiones de la cuestión social, hablaba de “civilización del amor” » (Juan Pablo II, Carta enc. Quadragesimo anno: AAS 23 (1931) 203; Juan XXIII, Carta enc. 975Juan Pablo II, Discurso a los participantes en un Congreso Internacional sobre « Ambiente y salud » (24 de marzo de 1997), 4: L'Osservatore Romano, edición española, 11 de abril de 1997, p. 7. 358 Los consumidores, que en muchos casos disponen de amplios márgenes de poder adquisitivo, muy superiores al umbral de subsistencia, pueden influir notablemente en la realidad económica con su libre elección entre consumo y ahorro. Sollicitudo rei socialis, 43: AAS 80 (1988) 575; cf. Laborem exercens, 6: AAS 73 (1981) 591. Éstas constituyen un lugar cualificado de expresión y crecimiento de los fieles laicos, capaz de promover, a alto nivel, su contribución específica a la renovación del orden temporal. Enseñan que él mismo creó dos géneros: “macho y … 844Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, 5: AAS 90 (1998) 152. 906Juan Pablo II, Discurso a la Corte Internacional de Justicia de la Haya (13 de mayo de 1985), 4: AAS 78 (1986) 520. La necesidad de conferir un carácter institucional al matrimonio, fundándolo sobre un acto público, social y jurídicamente reconocido, deriva de exigencias básicas de naturaleza social. past. En primer lugar, un grupo minoritario tiene derecho a la propia existencia: « Este derecho puede no ser tenido en cuenta de modos diversos, pudiendo llegar hasta el extremo de ser negado mediante formas evidentes o indirectas de genocidio ».785 Además, las minorías tienen derecho a mantener su cultura, incluida la lengua, así como sus convicciones religiosas, incluida la celebración del culto. 453 La salvación definitiva que Dios ofrece a toda la humanidad por medio de su propio Hijo, no se realiza fuera de este mundo. 470 La programación del desarrollo económico debe considerar atentamente « la necesidad de respetar la integridad y los ritmos de la naturaleza »,989 porque los recursos naturales son limitados y algunos no son renovables. 588Juan Pablo II, Carta enc. 23, a. Advertisement.medrectangle-4{text-align:center;padding-top:10px!important;padding-bottom:10px!important;padding-left:0!important;padding-right:0!important;width:100%!important;box-sizing:border-box!important;background-color:#eee!important;outline:1px solid #dfdfdf;min-height:285px!important}if(typeof ez_ad_units!='undefined'){ez_ad_units.push([[250,250],'holybiblia_com-medrectangle-4','ezslot_2',130,'0','0'])};__ez_fad_position('div-gpt-ad-holybiblia_com-medrectangle-4-0'); El Antiguo Testamento presenta varios pasajes en los que se habla del corte de cabello, en los diferentes cortes solamente se encuentran dos prohibiciones de cuando no hacerlo. [BE, EL, EN, ES, FR, HU, ID, IT, LV, NL, PL, PT, SQ, SW, UK, VI, ZH], COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA, A JUAN PABLO II MAESTRO DE DOCTRINA SOCIAL TESTIGO EVANGÉLICO DE JUSTICIA Y DE PAZ, SiglasAbreviaturas bíblicas Carta del Card. 778Juan XXIII, Carta enc. Laborem exercens, 12: AAS 73 (1981) 608. 49, a. 43-44. past. Con su autoridad moral y su prestigio, Pío XII llevó la luz de la sabiduría cristiana a un número incontable de hombres de toda categoría y nivel social ».161, Una de las características de las intervenciones de Pío XII es el relieve dado a la relación entre moral y derecho. Sollicitudo rei socialis, 15: AAS 80 (1988) 528-530. La vigilia de su muerte, Jesús habla de su relación de amor con el Padre y de la fuerza unificadora que este amor irradia sobre sus discípulos; es un discurso de despedida que muestra el sentido profundo de su vida y que puede considerarse una síntesis de toda su enseñanza. 872Cf. En general, una vez que un hombre alcanza los 5 pies y 11 pulgadas o más, se lo considera alto en los Estados Unidos. 13-14. Gaudium et spes, 26: AAS 58 (1966) 1046-1047; Juan Pablo II, Carta enc. El trabajo no debe afanar (cf. dogm. Juan Pablo II, Carta enc. past. 1140Concilio Vaticano II, Const. past. El alto índice de desempleo, la presencia de sistemas de instrucción obsoletos y la persistencia de dificultades para acceder a la formación y al mercado de trabajo constituyen para muchos, sobre todo jóvenes, un grave obstáculo en el camino de la realización humana y profesional. 1108Juan Pablo II, Carta enc. Los cristianos no son indiferentes a estos problemas, conscientes de la importancia de los valores que están en juego.1001. Y como dice el Apóstol Pablo, pues si el «comer carne» ocasiona la caída, «no comeré carne jamás» (1 Corintios 8:13), es mejor no hacerlo y no hacer caer al débil. Hch 2,5-11), a la comunicación restablecida con la fuerza del Espíritu, enviado por el Hijo. El servicio a la política, CONCLUSIÓNHACIA UNA CIVILIZACIÓN DEL AMOR, a) La ayuda de la Iglesia al hombre contemporáneob) Recomenzar desde la fe en Cristoc) Una esperanza sólidad) Construir la « civilización del amor », Índice de las referencias Índice analítico, a. in articuloAAS Acta Apostolicae Sedisad 1um in responsione ad 1 argumentumad 2um in responsione ad 2 argumentum et ita porroc. Familiaris consortio, 43: AAS 74 (1982) 134. Centesimus annus, 13: AAS 83 (1991) 809. 1030Cf. 16,3): Declaración Universal de los Derechos del Hombre, www.unhchr.ch/udhr/lang/spn.html. 233 En cuanto a los « medios » para la procreación responsable, se han de rechazar como moralmente ilícitos tanto la esterilización como el aborto.521 Este último, en particular, es un delito abominable y constituye siempre un desorden moral particularmente grave; 522 lejos de ser un derecho, es más bien un triste fenómeno que contribuye gravemente a la difusión de una mentalidad contra la vida, amenazando peligrosamente la convivencia social justa y democrática.523. No tendrás relaciones sexuales con tus nietas, pues es como deshonrarte a ti mismo. 259Catecismo de la Iglesia Católica, 1740. past. Los partidos deben ser democráticos en su estructura interna, capaces de síntesis política y con visión de futuro. Centesimus annus, 33: AAS 83 (1991) 835. La Sagrada Escritura habla a este respecto del corazón del hombre. Novo millennio ineunte, 50-51: AAS 93 (2001) 303-304. 279-280. Tomás de Aquino, Summa theologiae, II-II, q. Juan Pablo II, Carta enc. Éstos expresan la naturaleza humana en su nivel más alto, porque involucran a la persona en una respuesta que mide la profundidad de su empeño con la propia existencia. Juan Pablo II, Carta enc. Rerum novarum: Acta Leonis XIII, 11 (1892) 128. 523Cf. Gaudium et spes, 25: AAS 58 (1966) 1045-1046. 38 La salvación que, por iniciativa de Dios Padre, se ofrece en Jesucristo y se actualiza y difunde por obra del Espíritu Santo, es salvación para todos los hombres y de todo el hombre: es salvación universal e integral. La reducción de la cuestión del desarrollo a un problema exclusivamente técnico llevaría a vaciarlo de su verdadero contenido que es, en cambio, « la dignidad del hombre y de los pueblos ».1180. 36Juan Pablo II, Carta ap. LA ACCIÓN PASTORAL EN EL ÁMBITO SOCIAL, a) Doctrina social e inculturación de la feb) Doctrina social y pastoral socialc) Doctrina social y formaciónd) Promover el diálogoe) Los sujetos de la pastoral social, II. Gaudium et spes: AAS 58 (1966) 1025- 1120. Ecclesia in America, 54: AAS 91 (1999) 790. 360 El fenómeno del consumismo produce una orientación persistente hacia el « tener » en vez de hacia el « ser ». 584Juan Pablo II, Carta enc. Lumen Gentium, 1: AAS 57 (1965) 5. 388Catecismo de la Iglesia Católica, 1033. IV. 710Cf. Desde esta perspectiva, el trabajo puede ser considerado como un medio de santificación y una animación de las realidades terrenas en el Espíritu de Cristo.576 El trabajo, así presentado, es expresión de la plena humanidad del hombre, en su condición histórica y en su orientación escatológica: su acción libre y responsable muestra su íntima relación con el Creador y su potencial creativo, mientras combate día a día la deformación del pecado, también al ganarse el pan con el sudor de su frente. En este ámbito, especialmente en los decenios posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los católicos, en diversos países, han sabido desarrollar un elevado compromiso, que da testimonio, hoy con evidencia cada vez mayor, de la consistencia de su inspiración y de su patrimonio de valores. La exigencia moral ínsita en los grandes principios sociales concierne tanto el actuar personal de los individuos, como primeros e insustituibles sujetos responsables de la vida social a cualquier nivel, cuanto de igual modo las instituciones, representadas por leyes, normas de costumbre y estructuras civiles, a causa de su capacidad de influir y condicionar las opciones de muchos y por mucho tiempo. 384Cf. Octogesima adveniens, 46: AAS 63 (1971) 433-435; Catecismo de la Iglesia Católica, 1913. Esto significa, un hombre con una mujer y una mujer con un hombre. por ejem. Está abierto también hacia el otro, a los demás hombres y al mundo, porque sólo en cuanto se comprende en referencia a un tú puede decir yo. Concilio Vaticano II, Const. 200 El valor de la libertad, como expresión de la singularidad de cada persona humana, es respetado cuando a cada miembro de la sociedad le es permitido realizar su propia vocación personal; es decir, puede buscar la verdad y profesar las propias ideas religiosas, culturales y políticas; expresar sus propias opiniones; decidir su propio estado de vida y, dentro de lo posible, el propio trabajo; asumir iniciativas de carácter económico, social y político. Catecismo de la Iglesia Católica, 1908. Concilio Vaticano II, Const. WebEn aquel día quedarán tan pocos hombres que siete mujeres pelearán por uno solo y le dirán: «¡Deja que todas nos casemos contigo! El Magisterio, también ha formulado una valoración moral del fenómeno de la disuasión: « La acumulación de armas es para muchos como una manera paradójica de apartar de la guerra a posibles adversarios. 89Juan Pablo II, Carta enc. 13-14. 229Cf. Muchas experiencias de voluntariado constituyen un ulterior ejemplo de gran valor, que lleva a considerar la sociedad civil como el lugar donde siempre es posible recomponer una ética pública centrada en la solidaridad, la colaboración concreta y el diálogo fraterno. Centesimus annus, 35: AAS 83 (1991) 837. Juan Pablo II, Carta enc. 1112Juan Pablo II, Exh. Las concepciones que tergiversan la plena verdad del hombre han sido objeto, en repetidas ocasiones, de la solicitud social de la Iglesia, que no ha dejado de alzar su voz frente a estas y otras visiones, drásticamente reductivas. Según una primera y vasta acepción, por bien común se entiende « el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección ».346. Es la libertad de una criatura, o sea, una libertad donada, que se ha de acoger como un germen y hacer madurar con responsabilidad ».262 En caso contrario, muere como libertad y destruye al hombre y a la sociedad.263, 139 La verdad sobre el bien y el mal se reconoce en modo práctico y concreto en el juicio de la conciencia, que lleva a asumir la responsabilidad del bien cumplido o del mal cometido. 169Juan XXIII, Carta enc. Esta sintética reseña se alargaría considerablemente si tuviese cuenta de todas las intervenciones motivadas por un tema específico, que tienen su origen en « la preocupación pastoral por proponer a la comunidad cristiana y a todos los hombres de buena voluntad los principios fundamentales, los criterios universales y las orientaciones capaces de sugerir las opciones de fondo y la praxis coherente para cada situación concreta ».194, En la elaboración y la enseñanza de la doctrina social, la Iglesia ha perseguido y persigue no unos fines teóricos, sino pastorales, cuando constata las repercusiones de los cambios sociales en la dignidad de cada uno de los seres humanos y de las multitudes de hombres y mujeres en contextos en los que « se busca con insistencia un orden temporal más perfecto, sin que avance paralelamente el mejoramiento de los espíritus ».195 Por esta razón se ha constituido y desarrollado la doctrina social: « un “corpus” doctrinal renovado, que se va articulando a medida que la Iglesia en la plenitud de la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Espíritu Santo (cf. Un mercado verdaderamente competitivo es un instrumento eficaz para conseguir importantes objetivos de justicia: moderar los excesos de ganancia de las empresas; responder a las exigencias de los consumidores; realizar una mejor utilización y ahorro de los recursos; premiar los esfuerzos empresariales y la habilidad de innovación; hacer circular la información, de modo que realmente se puedan comparar y adquirir los productos en un contexto de sana competencia. YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Surge concretamente la exigencia de que, más allá de los Estados nacionales, sea la misma comunidad internacional quien asuma esta delicada función, con instrumentos políticos y jurídicos adecuados y eficaces. 381Cf. Juan Pablo II, Exh. 167 El bien común es un deber de todos los miembros de la sociedad: ninguno está exento de colaborar, según las propias capacidades, en su consecución y desarrollo.352 El bien común exige ser servido plenamente, no según visiones reductivas subordinadas a las ventajas que cada uno puede obtener, sino en base a una lógica que asume en toda su amplitud la correlativa responsabilidad. 652Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2210. Pío XII, Discurso a los Juristas Católicos sobre las Comunidades de Estados y de pueblos (6 de diciembre de 1953), 2: AAS 45 (1953) 795. Jn 13,35) ». Catecismo de la Iglesia Católica, 1789; 1970; 2510. Gaudium et spes, 78: AAS 58 (1966) 1101; cf. El ejercicio de la autoridad política, en efecto, « así en la comunidad en cuanto tal como en las instituciones representativas, debe realizarse siempre dentro de los límites del orden moral para procurar el bien común —concebido dinámicamente— según el orden jurídico legítimamente establecido o por establecer. Gaudium et spes, 90: AAS 58 (1966) 1112. Estos bienes deben ser logrados y garantizados por la comunidad social. Ésta, a pesar de todos los pecados y las infidelidades del mismo David y de sus sucesores, culmina en Jesucristo, el « ungido de Yahvéh » (es decir, « consagrado del Señor »: cf. Pero Cristo es el Cordero Vencedor de todo poder que en el curso de la historia humana se absolutiza. 633Juan Pablo II, Carta enc. Mt 10,40-42; 20, 25; Mc 10,42-45; Lc 22,25-27) ».419, c) Solidaridad y crecimiento común de los hombres, 194 El mensaje de la doctrina social acerca de la solidaridad pone en evidencia el hecho de que existen vínculos estrechos entre solidaridad y bien común, solidaridad y destino universal de los bienes, solidaridad e igualdad entre los hombres y los pueblos, solidaridad y paz en el mundo.420 El término « solidaridad », ampliamente empleado por el Magisterio,421 expresa en síntesis la exigencia de reconocer en el conjunto de los vínculos que unen a los hombres y a los grupos sociales entre sí, el espacio ofrecido a la libertad humana para ocuparse del crecimiento común, compartido por todos. Queremos leer la Biblia juntos, orar juntos, ir a la iglesia juntos y servir juntos. 253 El servicio de la sociedad a la familia se concreta en el reconocimiento, el respeto y la promoción de los derechos de la familia.572 Todo esto requiere la realización de auténticas y eficaces políticas familiares, con intervenciones precisas, capaces de hacer frente a las necesidades que derivan de los derechos de la familia como tal. past. Dada la naturaleza de las dinámicas en curso, la libre circulación de capitales no basta por sí sola para favorecer el acercamiento de los países en vías de desarrollo a los países más avanzados. Juan Pablo II, Discurso al XVIII Congreso Internacional de la Sociedad de Trasplantes (29 de agosto de 2000), 8: AAS 92 (2000) 826. Juan Pablo II, Carta enc. Catecismo de la Iglesia Católica, 1897; Juan XXIII, Carta enc. Laborem exercens, 10: AAS 73 (1981) 600-602. 9 El documento presenta un cuadro de conjunto de las líneas fundamentales del « corpus » doctrinal de la enseñanza social católica. Catecismo de la Iglesia Católica, 2378. Centesimus annus, 16: AAS 83 (1991) 813. past. Evangelium vitae, 34: AAS 87 (1995) 440. 451 La experiencia viva de la presencia divina en la historia es el fundamento de la fe del pueblo de Dios: « Éramos esclavos de Faraón de Egipto, y Yahvéh nos sacó de Egipto con mano fuerte » (Dt 6,21). 50Cf. No tendrás relaciones sexuales con tu tía paterna, pues es como deshonrar a tu padre. El ambiente de los Institutos Penitenciarios ofrece, sin embargo, un terreno privilegiado para dar testimonio, una vez más, de la solicitud cristiana en el campo social: « Estaba... en la cárcel y vinisteis a verme » (Mt 25,35-36). Entonces, ¿Qué dice la biblia sobre el cabello?. Novo millennio ineunte, 1: AAS 93 (2001) 266. Id., Carta enc. 7, 199-205; Id., II-II, q. 309Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1999, 3: AAS 91 (1999) 379. Al escriba que le pregunta: « ¿cuál es el primero de todos los mandamientos? 471Cf. Según la narración de los hechos de Babel, la consecuencia del pecado es la desunión de la familia humana, ya iniciada con el primer pecado, y que llega ahora al extremo en su forma social ».225 Reflexionando sobre el misterio del pecado es necesario tener en cuenta esta trágica concatenación de causa y efecto. 1229Cf. Se trata, más bien, de una tarea confiada a la comunidad cristiana, que la debe elaborar y realizar a través de la reflexión y la praxis inspiradas en el Evangelio. Un segundo principio es complementario del primero: el bien de las personas no se puede realizar independientemente del bien común de las comunidades a las que pertenecen.851 Es necesaria una participación en el proceso de la toma de decisiones acerca de la política de las comunicaciones. La Iglesia ha recibido « la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino ».56. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 289-290. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposo. ap. 15Concilio Vaticano II, Const. En este artículo … 895Juan Pablo II, Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas (5 de octubre de 1995), 3, Tipografía Vaticana, p. 7. La exposición de los principios de la doctrina social pretende sugerir un método orgánico en la búsqueda de soluciones a los problemas, para que el discernimiento, el juicio y las opciones respondan a la realidad y para que la solidaridad y la esperanza puedan incidir eficazmente también en las complejas situaciones actuales. 365Pío XII, Radiomensaje por el 50º aniversario de la « Rerum novarum »: AAS 33 (1941) 199. Leon. El ocio perjudica el ser del hombre, mientras que la actividad es provechosa para su cuerpo y su espíritu.577 El cristiano está obligado a trabajar no sólo para ganarse el pan, sino también para atender al prójimo más pobre, a quien el Señor manda dar de comer, de beber, vestirlo, acogerlo, cuidarlo y acompañarlo (cf. Estas preguntas de fondo caracterizan el recorrido de la existencia humana.17 A este propósito, se puede recordar la exhortación « Conócete a ti mismo » esculpida sobre el arquitrabe del templo de Delfos, como testimonio de la verdad fundamental según la cual el hombre, llamado a distinguirse entre todos los seres creados, se califica como hombre precisamente en cuanto constitutivamente orientado a conocerse a sí mismo. Quadragesimo anno: AAS 23 (1931) 200. 479 Los políticos, los legisladores y los administradores públicos tienen la responsabilidad de valorar las potencialidades, las ventajas y los eventuales riesgos vinculados al uso de las biotecnologías. Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Ética en las comunicaciones sociales (4 de junio de 2000), 22, Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, pp. past. 1066Cf. Laborem exercens, 12: AAS 73 (1981) 605-608. Ni siquiera el pecado suprime esta misión, aun cuando haya marcado con el dolor y el sufrimiento la nobleza del trabajo (cf. Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, II-II, q. Aunque no se pueden imponer reglas estrictas sobre cómo un hombre debe usar el cabello en diferentes culturas. 3, ad 3um; cf. 12 Este Documento se propone también a los hermanos de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales, a los seguidores de otras religiones, así como a cuantos, hombres y mujeres de buena voluntad, están comprometidos en el servicio al bien común: quieran recibirlo como el fruto de una experiencia humana universal, colmada de innumerables signos de la presencia del Espíritu de Dios. 1000Cf. Gaudium et spes, 27: AAS 58 (1966) 1047-1048; Catecismo de la Iglesia Católica, 1930. Mt 5,43- 44). La dimensión natural de su amor es constantemente purificada, consolidada y elevada por la gracia sacramental. past. Por tanto, sólo una decisión de los organismos competentes, basada en averiguaciones exhaustivas y con fundados motivos, puede otorgar legitimación internacional al uso de la fuerza armada, autorizando una injerencia en la esfera de la soberanía propia de un Estado, en cuanto identifica determinadas situaciones como una amenaza para la paz. 376Cf. 58Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1733. 243Concilio Vaticano II, Const. 605Cf. No. 1226Juan Pablo II, Carta enc. Juan XXIII, Carta enc. Ubi arcano: AAS 14 (1922) 686. Lea la Biblia, descubra Planes y busque a Dios todos los días. 287Juan Pablo II, Exh. 370Cf. 283Cf. El servicio a la persona humana2. 3025, pp. Juan Pablo II, Motu proprio Socialium Scientiarum (1º de enero de 1994): AAS 86 (1994) 209. Gaudium et spes, 27: AAS 58 (1966) 1047. past. Se debe tener siempre presente el principio jurídico general en base al cual no se puede aplicar una pena si antes no se ha probado el delito. Concilio Vaticano II, Const. Hch 17,26) y que está destinado a reunir, en el misterio de una salvación realizada bajo el señorío de Cristo (cf. Quien se autoproclama medida única de las cosas y de la verdad no puede convivir pacíficamente ni colaborar con sus semejantes.277. 854Cf. WebLa respuesta que da la Biblia. Rerum novarum: Acta Leonis XIII, 11 (1892) 105; Pío XI, Carta enc. Mater et magistra: AAS 53 (1961) 439; Concilio Vaticano II, Const. 4-5. Bar 3,38) ». 9, Tipografía Políglota Vaticana, Ciudad del Vaticano 1983, p. 13. 44Cf. Reconciliatio et paenitentia, 16: AAS 77 (1985) 213-217. 37 El libro del Génesis nos propone algunos fundamentos de la antropología cristiana: la inalienable dignidad de la persona humana, que tiene su raíz y su garantía en el designio creador de Dios; la sociabilidad constitutiva del ser humano, que tiene su prototipo en la relación originaria entre el hombre y la mujer, cuya unión « es la expresión primera de la comunión de personas humanas »; 38 el significado del actuar humano en el mundo, que está ligado al descubrimiento y al respeto de las leyes de la naturaleza que Dios ha impreso en el universo creado, para que la humanidad lo habite y lo custodie según su proyecto. 4Juan Pablo II, Carta ap. past. Desde esta perspectiva, la relación con Dios exige que se considere la vida del hombre sagrada e inviolable.216 El quinto mandamiento: « No matarás » (Ex 20,13; Dt 5,17) tiene valor porque sólo Dios es Señor de la vida y de la muerte.217 El respeto debido a la inviolabilidad y a la integridad de la vida física tiene su culmen en el mandamiento positivo: « Amarás a tu prójimo como a ti mismo » (Lv 19,18), con el cual Jesucristo obliga a hacerse cargo del prójimo (cf. 285Cf. La sociedad y el Estado no pueden, por tanto, ni absorber ni sustituir, ni reducir la dimensión social de la familia; más bien deben honrarla, reconocerla, respetarla y promoverla según el principio de subsidiaridad.571. 303 El bienestar económico de un país no se mide exclusivamente por la cantidad de bienes producidos, sino también teniendo en cuenta el modo en que son producidos y el grado de equidad en la distribución de la renta, que debería permitir a todos disponer de lo necesario para el desarrollo y el perfeccionamiento de la propia persona. Gaudium et spes, 30: AAS 58 (1966) 1050. La prudencia se articula en tres momentos: clarifica la situación y la valora; inspira la decisión y da impulso a la acción. El desarrollo de las finanzas, cuyas transacciones han superado considerablemente en volumen, a las reales, corre el riesgo de seguir una lógica cada vez más autoreferencial, sin conexión con la base real de la economía. Gaudium et spes, 79: AAS 58 (1966) 1103; cf. ap. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad. 636Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 36: AAS 83 (1991) 838-839. 907Juan Pablo II, Carta enc. 440Cf. En particular, la espiritualidad benedictina y la franciscana han testimoniado esta especie de parentesco del hombre con el medio ambiente, alimentando en él una actitud de respeto a toda realidad del mundo que lo rodea ».975 Debe darse un mayor relieve a la profunda conexión que existe entre ecología ambiental y « ecología humana ».976, 465 El Magisterio subraya la responsabilidad humana de preservar un ambiente íntegro y sano para todos: 977 « La humanidad de hoy, si logra conjugar las nuevas capacidades científicas con una fuerte dimensión ética, ciertamente será capaz de promover el ambiente como casa y como recurso, en favor del hombre y de todos los hombres; de eliminar los factores de contaminación; y de asegurar condiciones de adecuada higiene y salud tanto para pequeños grupos como para grandes asentamientos humanos. 785Juan Pablo II, , Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1989, 5: AAS 81 (1989) 98. 292Juan Pablo II, Carta enc. El compromiso en esta dirección se traduce en la aportación positiva que nunca debe faltar a la causa común, en la búsqueda de los puntos de posible entendimiento incluso allí donde prevalece una lógica de separación y fragmentación, en la disposición para gastarse por el bien del otro, superando cualquier forma de individualismo y particularismo.422. c) Destino universal de los bienes y opción preferencial por los pobres, 182 El principio del destino universal de los bienes exige que se vele con particular solicitud por los pobres, por aquellos que se encuentran en situaciones de marginación y, en cualquier caso, por las personas cuyas condiciones de vida les impiden un crecimiento adecuado. Is 11,4; 61,1). Juan Pablo II, Carta enc. Da razón a todos de las verdades que afirma y de los deberes que comporta: puede hallar acogida y ser compartida por todos. En esta visión personalista y comunitaria, « la empresa no puede considerarse únicamente como una “sociedad de capitales”; es, al mismo tiempo, una “sociedad de personas”, en la que entran a formar parte de manera diversa y con responsabilidades específicas los que aportan el capital necesario para su actividad y los que colaboran con su trabajo ».707. Entre ellos sobresale el holocausto del pueblo hebreo, la Shoah: « Los días de la shoah han marcado una verdadera noche en la historia, registrando crímenes inauditos contra Dios y contra el hombre ».1062. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 260. En toda experiencia religiosa, por tanto, se revelan como elementos importantes, tanto la dimensión del don y de la gratuidad, captada como algo que subyace a la experiencia que la persona humana hace de su existir junto con los demás en el mundo, como las repercusiones de esta dimensión sobre la conciencia del hombre, que se siente interpelado a administrar convivial y responsablemente el don recibido. Catecismo de la Iglesia Católica, 1928-1942. Gaudium et spes, 61: AAS 58 (1966) 1081-1082; Santa Sede, Carta de los derechos de la familia, art. 318 Las interpretaciones de tipo mecanicista y economicista de la actividad productiva, a pesar de su extensión y su influjo, han sido superadas por el mismo análisis científico de los problemas relacionados con el trabajo. past. Los … En el sistema democrático, la autoridad política es responsable ante el pueblo. Catecismo de la Iglesia Católica, 2244. Casti connubii (31 de diciembre de 1930): AAS 22 (1930) 559-561. Este porcentaje increíblemente pequeño de personas explica por qué son extremadamente buscados en la NBA. 878Juan XXIII, Carta enc. 180cm-184cm siendo un promedio bastante alto y ya alto aquí. Se trata de un principio invocado para transformar continuamente y desde dentro la vida del pueblo de la Alianza, para hacerla conforme al designio de Dios. 928Cf. 1180Juan Pablo II, Carta enc. Pablo VI, Carta enc. Gaudium et spes, 82: AAS 58 (1966) 1105; cf. ap. A la actuación del principio de subsidiaridad corresponden: el respeto y la promoción efectiva del primado de la persona y de la familia; la valoración de las asociaciones y de las organizaciones intermedias, en sus opciones fundamentales y en todas aquellas que no pueden ser delegadas o asumidas por otros; el impulso ofrecido a la iniciativa privada, a fin que cada organismo social permanezca, con las propias peculiaridades, al servicio del bien común; la articulación pluralista de la sociedad y la representación de sus fuerzas vitales; la salvaguardia de los derechos de los hombres y de las minorías; la descentralización burocrática y administrativa; el equilibrio entre la esfera pública y privada, con el consecuente reconocimiento de la función social del sector privado; una adecuada responsabilización del ciudadano para « ser parte » activa de la realidad política y social del país. Estas prácticas dañan el derecho del hijo a nacer de un padre y de una madre que lo sean tanto desde el punto de vista biológico como jurídico. Sollicitudo rei socialis, 15: AAS 80 (1988) 528-530. Esta visión señala proféticamente todas las insidias usadas por Satanás para gobernar a los hombres, insinuándose en su espíritu con la mentira. Gaudium et spes, 67: AAS 58 (1966) 1088-1089. Juan Pablo II, Discurso a la UNESCO (2 de junio de 1980), 14: AAS 72 (1980) 744-745. 355Cf. La comunidad familiar nace de la comunión de las personas: « La “comunión” se refiere a la relación personal entre el “yo” y el “tú”. 11-14. Cf. Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, II-II, q. Concilio Vaticano II, Const. Gaudium et spes, 74: AAS 58 (1966) 1095-1097; Catecismo de la Iglesia Católica, 1901. Juan Pablo II, Carta enc. 7: Ed. YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. De esta realidad concreta debe derivar también el impulso para superar sin demora los horizontes teóricos y los criterios operativos estrechos e insuficientes respecto a las dinámicas actuales, intrínsecamente incapaces de identificar las apremiantes y concretas necesidades humanas en toda su extensión, que van más allá de las categorías meramente económicas. Centesimus annus, 48: AAS 83 (1991) 854. 876Juan Pablo II, Carta enc. Col 1,20) ».684. Laborem exercens, 3: AAS 73 (1981) 583-584. Definitivamente no puedes quejarte si mides más de 180 cm en este país. Juan Pablo II, Carta enc. 289Juan Pablo II, Carta a las mujeres, 8: AAS 87 (1995) 808. Tareas importantes en esta dirección corresponden a las Organizaciones Internacionales, así como a las sindicales: uniéndose en las formas más oportunas, deben esforzarse, ante todo, en el establecimiento de « una trama cada vez más compacta de disposiciones jurídicas que protejan el trabajo de los hombres, de las mujeres, de los jóvenes, y les aseguren una conveniente retribución ».631. En cualquier caso, el ejercicio del derecho a defenderse debe respetar « los tradicionales límites de la necesidad y de la proporcionalidad ».1053. Sal 139,14-18) y especifica el elemento que la caracteriza y la distingue en su ser a imagen de Dios: « Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó » (Gn 1,27). DESIGNIO DE DIOS Y MISIÓN DE LA IGLESIA, a) La Iglesia, signo y salvaguardia de la trascendencia de la persona humanab) Iglesia, Reino de Dios y renovación de las relaciones socialesc) Cielos nuevos y tierra nuevad) María y su « fiat » al designio de amor de Dios, CAPÍTULO SEGUNDOMISIÓN DE LA IGLESIA Y DOCTRINA SOCIAL, a) La Iglesia, morada de Dios con los hombresb) Fecundar y fermentar la sociedad con el Evangelioc) Doctrina social, evangelización y promoción humanad) Derecho y deber de la Iglesia, a) Un conocimiento iluminado por la feb) En diálogo cordial con todos los saberesc) Expresión del ministerio de enseñanza de la Iglesiad) Hacia una sociedad reconciliada en la justicia y en el amore) Un mensaje para los hijos de la Iglesia y para la humanidadf) Bajo el signo de la continuidad y de la renovación, III. Las autoridades públicas deben favorecer también una correcta información de la opinión pública y saber tomar las decisiones más convenientes para el bien común. La violencia destruye lo que pretende defender: la dignidad, la vida, la libertad del ser humano ».1029, El mundo actual necesita también el testimonio de profetas no armados, desafortunadamente ridiculizados en cada época: 1030 « Los que renuncian a la acción violenta y sangrienta y recurren para la defensa de los derechos del hombre a medios que están al alcance de los más débiles, dan testimonio de caridad evangélica, siempre que esto se haga sin lesionar los derechos y obligaciones de los otros hombres y de las sociedades. Juan Pablo II, Carta enc. No han de olvidar que sus actividades atañen a materiales, vivos o inanimados, que son parte del patrimonio de la humanidad, destinado también a las generaciones futuras; para los creyentes, se trata de un don recibido del Creador, confiado a la inteligencia y la libertad humanas, que son también éstas un don del Altísimo. En este contexto es de desear una revisión de las Organizaciones internacionales; es éste un proceso que « supone la superación de las rivalidades políticas y la renuncia a la voluntad de instrumentalizar dichas organizaciones, cuya razón única debe ser el bien común »,917 con el objetivo de conseguir « un grado superior de ordenamiento internacional ».918, En particular, las estructuras intergubernamentales deben ejercitar eficazmente sus funciones de control y guía en el campo de la economía, ya que el logro del bien común es hoy en día una meta inalcanzable para cada uno de los Estados, aun cuando posean un gran dominio en términos de poder, riqueza, fuerza política.919 Los Organismos internacionales deben, además, garantizar la igualdad, que es el fundamento del derecho de todos a la participación en el proceso de pleno desarrollo, respetando las legítimas diversidades.920, 443 El Magisterio valora positivamente el papel de las agrupaciones que se han ido creando en la sociedad civil para desarrollar una importante función de formación y sensibilización de la opinión pública en los diversos aspectos de la vida internacional, con una especial atención por el respeto de los derechos del hombre, como lo demuestra « el número de asociaciones privadas, algunas de alcance mundial, de reciente creación, y casi todas comprometidas en seguir con extremo cuidado y loable objetividad los acontecimientos internacionales en un campo tan delicado ».921, Los Gobiernos deberían sentirse animados a la vista de este esfuerzo, que busca poner en práctica los ideales que inspiran la comunidad internacional, « especialmente a través de los gestos concretos de solidaridad y de paz de tantas personas que trabajan en las Organizaciones No Gubernativas y en los Movimientos en favor de los derechos humanos ».922, b) La personalidad jurídica de la Santa Sede. Juan Pablo II, Discurso a los miembros de la Fundación « Centesimus annus » (9 de mayo de 1998), 2: L'Osservatore Romano, edición española, 22 de mayo de 1998, p. 6. El bien común, que los hombres buscan y consiguen formando la comunidad social, es garantía del bien personal, familiar y asociativo.75 Por estas razones se origina y se configura la sociedad, con sus ordenaciones estructurales, es decir, políticas, económicas, jurídicas y culturales. 938Pablo VI, Carta enc. 8, 168. Concilio Vaticano II, Const. 579Cf. 557Cf. La Declaración « Dignitatis humanae » precisa en el subtítulo que pretende proclamar « el derecho de la persona y de las comunidades a la libertad social y civil en materia religiosa ». Gn 4,12); sólo con el sudor de la frente será posible obtener el alimento (cf. Laborem exercens, 10: AAS 73 (1981) 600-602. Maurice, Carta a Pablo VI y Documento con ocasión del X Aniversario de la « Pacem in terris »: L'Osservatore Romano, edición española, 22 de abril de 1973, pp. Familiaris consortio, 36: AAS 74 (1982) 127. Con las palabras y con las obras y, de forma plena y definitiva, con su muerte y resurrección,30 Jesucristo revela a la humanidad que Dios es Padre y que todos estamos llamados por gracia a hacernos hijos suyos en el Espíritu (cf. Juan XXIII, Carta enc. Cuando nace un niño, la sociedad recibe el regalo de una nueva persona, que está « llamada, desde lo más íntimo de sí a la comunión con los demás y a la entrega a los demás ».465 En la familia, por tanto, la entrega recíproca del hombre y de la mujer unidos en matrimonio, crea un ambiente de vida en el cual el niño puede « desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible ».466. Novo millennio ineunte, 49-51: AAS 93 (2001) 302-304. El Apóstol no intenta ciertamente legitimar todo poder, sino más bien ayudar a los cristianos a « procurar el bien ante todos los hombres » (Rm 12,17), incluidas las relaciones con la autoridad, en cuanto está al servicio de Dios para el bien de la persona (cf. La iniciativa económica debe gozar, por tanto, de un espacio amplio. Octogesima adveniens, 4: AAS 63 (1971) 403. También los usuarios tienen obligaciones. past. Creada a imagen y semejanza de Dios (cf. ; Mi 5,1-4). Veritatis splendor, 27. León XIII, Carta enc. Laborem exercens, 12: AAS 73 (1981) 606. Por otro lado, los bienes económicos y la riqueza no son condenados en sí mismos, sino por su mal uso. De la fe liberadora en el amor de Dios se desprenden una nueva visión del mundo y un nuevo modo de acercarse a los demás, tanto a una sola persona como a un pueblo entero: es una fe que cambia y renueva la vida, inspirada por la paz que Cristo ha dejado a sus discípulos (cf. 36 Las páginas del primer libro de la Sagrada Escritura, que describen la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (cf. 189Congregación para la Educación Católica, Orientaciones para el estudio y enseñanza de la doctrina social de la Iglesia en la formación de los sacerdotes, 26, Tipografía Políglota Vaticana, Roma 1988, p. 31. Centesimus annus, 32: AAS 83 (1991) 832. Primero que nada, déjame decirte, que tienes que seguir estudiando la palabra a fondo, puesto que en ninguno de los evangelios, Cristo se refiere a lo lícito de … Juan Pablo II, Carta enc. past. past. Populorum Progressio, 22: AAS 59 (1967) 268; Id., Carta ap. YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Pío XII, Radiomensaje de Navidad (24 de diciembre de 1942), 6: AAS 35 (1943) 11-12; Juan XXIII, Carta enc. Centesimus annus, 36: AAS 83 (1991) 839.